En una conferencia de prensa transmitida a nivel nacional y internacional, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva describió como “matanza” la operación policial que dejó un saldo de 121 víctimas fatales en Río de Janeiro. La crítica del líder político se dirigió directamente al gobernador del estado, Claudio Castro, quien ha sido acusado de implementar una estrategia desastrosa en la lucha contra el crimen organizado.
La operación policial, que duró varios días, fue llevada a cabo en dos favelas controladas por la organización criminal Comando Vermelho, considerada una de las más poderosas del país. A pesar de las denuncias de violaciones graves de los derechos humanos y la muerte de decenas de personas inocentes, el gobernador Castro había defendido la operación como un éxito en la lucha contra la criminalidad.
Sin embargo, Lula, quien ha sido un defensor acérrimo de los derechos humanos durante su mandato presidencial, fue enfático al describir la operación como “una matanza sin precedentes”. “No había una orden de matanza y hubo matanza”, repitió varias veces en la conferencia de prensa. El presidente brasileño calificó la estrategia del gobernador como “desastrosa” y recordó que, en lugar de abordar las causas profundas del crimen organizado, se había priorizado la violencia sobre la justicia.
La operación policial generó una gran conmoción en Brasil y en todo el mundo. Familias de víctimas han denunciado casos de tortura, detenciones arbitrarias y ejecuciones sumarias durante el operativo. Las organizaciones de derechos humanos han llamado a la responsabilidad del Estado brasileño para investigar los hechos y sancionar a los responsables.
Lula, quien tiene una larga experiencia en la lucha contra la pobreza y la injusticia social, expresó su preocupación por el impacto que la operación puede tener en las comunidades afectadas. “La violencia no soluciona nada”, sostuvo. “Lo que necesitamos es justicia, no matanza”. El presidente brasileño también llamó a la reflexión sobre la forma en que se abordan los conflictos sociales y la criminalidad en el país.
La reacción del gobierno federal fue duramente criticada por las organizaciones de derechos humanos y líderes políticos opositores. La líder de la oposición, la senadora Simone Tebet, calificó la operación como “una tragedia” y llamó a la responsabilidad del Estado para investigar los hechos y sancionar a los responsables.
La operación policial en Río de Janeiro es solo el latest capítulo en una historia más larga de violencia y discriminación hacia las comunidades pobres y marginadas en Brasil. La pregunta que todos se hacen es: ¿qué pasará cuando la sociedad brasileña no pueda tolerar más este tipo de violencia y discriminación?




















